Almendra

Aunque eran frases comunes y corrientes, había días que valía la pena oírlas.

En un mundo así, no había nada que yo pudiese modificar

Los libros me transportaban en un instante a los lugares donde no podía ir, me transmitían las confesiones de personas que no conocía y me mostraban las vidas que no podía observar de cerca

Mamá, ¿te parece bien decirle «desgraciada» a tu propia hija?

—¿Qué? ¿Me equivoco? La vida no te sonrió mucho que digamos. No es un insulto, sino la pura verdad.

había tenido mala suerte. Al fin y al cabo, la suerte es la culpable de muchas cosas tremendas que ocurren en el mundo.

«Cuando eres demasiado sincero, puedes lastimar al otro».

«Es mucho más tranquilo y valiente que otros niños de su edad».

Así me describió entonces en su diario.

. No saber lo que es el miedo no significa ser valiente, sino ser un idiota que se queda inmóvil cuando se le viene encima un automóvil.

porque eres especial. La gente no soporta a los que son diferentes. ¡Ay, mi hermoso monstruito!