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Caroline Blackwood

La Anciana Señora Webster

  • Lucíaцитує2 роки тому
    –La vida no es ninguna broma –me dijo una vez–. La vida nunca puede ser una broma para las personas que piensan.
  • Dianela Villicaña Denaцитує2 роки тому
    Su imagen perduraría mientras que la de mi padre habría de desvanecerse, y la diferencia era que ella había aparecido en el mismo momento en que mi memoria empezaba a fotografiar
  • Dianela Villicaña Denaцитує2 роки тому
    En mi imaginación tendría una vida después de la muerte en la que existiría para siempre en su oscuro salón de Hove, viviendo y respirando en su enhiesta silla. Mi padre jamás podría resucitar así. Jamás podría salir de su tumba en la selva de Birmania para vivir y respirar de nuevo
  • Dianela Villicaña Denaцитує2 роки тому
    Siempre le había gustado acumular, contar y racionar, y ahora no podría sino sentirse consternada por la prodigalidad sin freno y la despreocupación con que iba a parar a la tierra
  • Dianela Villicaña Denaцитує2 роки тому
    Me miré el traje de luto y vi con un escalofrío de terror que se había cubierto de copos blancos como si acabase de pasar por una tormenta de nieve. El espectáculo era nauseabundo, pero no hice amago de quitármelos por si acaso Richards me veía y se lo tomaba como una falta de respeto
  • Dianela Villicaña Denaцитує2 роки тому
    Yo seguí esperando ver sus cenizas de un color marrón grisáceo, y sin embargo nunca dejaron de ser deslumbrantemente blancas. Había algo profundamente indecoroso e inquietante en su brillante blancura
  • Dianela Villicaña Denaцитує2 роки тому
    De pronto la bisabuela Webster me pareció impresionante. Había sobrevivido a tantas personas. Había conseguido ser a la vez el comienzo de una línea y el final de una línea. En mi familia era como el Alfa y Omega
  • Dianela Villicaña Denaцитує2 роки тому
    A estos pensamientos rebeldes seguía inmediatamente una incómoda sensación de terror supersticioso. Era casi como si temiese una especie de horrible represalia por parte de su cadáver, que, irguiéndose furioso y castigador, de pronto pareció haber entrado invisiblemente en el vagón de tren para escucharlos
  • Dianela Villicaña Denaцитує2 роки тому
    La barba que brotaba de su mentón era mucho más nívea y quebradiza, pero por lo demás lo único raro y nuevo en ella eran su sombrero y su traje de funeral negros, porque nunca la había visto vestida con otro traje que su uniforme eduardiano de doncella
  • Dianela Villicaña Denaцитує2 роки тому
    matándose a trabajar durante más de cincuenta años para aquella anciana inflexible y egoísta, al menos hasta entonces había tenido un techo en la oscura villa de Hove, mientras que ahora esta mujer lisiada de noventa y tantos años tendría que empezar a vivir de nuevo
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