«Hacía tiempo, en verdad, que no recibíamos una novela diferente, novedosa, como esta que tenemos entre las manos y que hemos leído con creciente y mantenido interés. […] al comienzo esta novela es desconcertante y, podríamos afirmar sin temor a equivicarnos, desarticulada, escrita en un estilo eléctrico, telegráfico, si podemos definir en esa forma su lenguaje de frases cortas, con secuencias novedosas, que terminan por colocarnos en un plano de franca admiración hacia su autor.» Gonzalo Drago.