Bola de Sebo

Sentía que se ahogaba en el desprecio de aquellos “honestos” mezquinos que primero la habían sacrificado y luego la rechazaban, como algo sucio e inútil. Pensaba en su canasta llena de manjares que ellos se comieron

A pesar de que sus bromas eran de pésimo gusto, divertían a los presentes y nadie se indignaba, pues la indignación depende del entorno, y la atmósfera que se había creado ahí estaba llena de pensamientos malintencionados

Requerían su presencia en El Havre para asistir a cientos de soldados enfermos de viruela. Detalló las miserias de la enfermedad para lamentar que estaban detenidas ahí por el capricho de un soldado prusiano, mientras muchos franceses morían; franceses que ella bien podía haber salvado

Un acto condenable en sí puede volverse meritorio por la intención que lo inspira

Primero provocaron una conversación vaga sobre la entrega: citaron ejemplos antiguos, como el de Judith y Holofernes, luego, sin venir al caso, el de Lucrecia y Sexto, luego el de Cleopatra acostándose con todos los generales enemigos para someterlos y tratarlos como esclavos

La guerra es barbarie cuando se ataca al vecino pacífico, pero es un deber sagrado cuando se defiende la patria

El apetito crecía y perturbaba el ánimo, y no había ni un vendedor de vino ni una tasca, pues la invasión prusiana y el paso de las tropas francesas habían desalentado toda industria

Esas seis personas que estaban al fondo de la diligencia representaban el lado pudiente, poderoso y acomodado de la sociedad, gente honesta y de autoridad, que tiene principios y religión

señor y la señora Loiseau

Los sedimentos del río servían de mortaja para aquellas oscuras venganzas, a la vez salvajes y legítimas, heroísmos incógnitos, ataques mudos, más peligrosos que las batallas a campo abierto y sin el escándalo de la gloria militar