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Emmanuel Carrère

El bigote

  • Gilberto Julio Marquina Castilloцитує3 роки тому
    Rió ahogadamente, con la aprensión clásica del enfermo que, en la sala de espera del médico, teme ver esfumarse los síntomas que se disponía a exponerle.
  • Ceciliuxцитуєторік
    por debajo del mentón, de una oreja a otra, tensa la mente hasta el último segundo, dominando el gorgoteo, el estremecimiento de las piernas y del vientre sobre el que el espejo se rompía, tenso y aplacado por la certeza de que ahora todo había terminado, estaba en orden
  • Ceciliuxцитуєторік
    temiendo que le faltaran las fuerzas para llevársela al cuello, pero lo logró
  • Ceciliuxцитуєторік
    Agnès lo recibiría cariñosamente en el aeropuerto, sabría la hora exacta de su regreso. Ella no se acordaría de nada, él tampoco, todo habría vuelto a estar en orden
  • Ceciliuxцитуєторік
    Regresaría de Hong Kong, persuadido con toda la razón de haber realizado un viaje de negocios por cuenta del estudio
  • Ceciliuxцитуєторік
    ¿Dónde estaba ella? ¿Qué hacía? ¿Qué pensaba? ¿Seguía hablando, comiendo, bebiendo, durmiendo? ¿Efectuando los gestos de la vida cotidiana, pese a aquella insoportable incertidumbre? ¿Se acordaba, por lo menos, de que él había desaparecido? ¿De que él había existido?

    ¡Qué fuerte!

  • Ceciliuxцитуєторік
    mientras Agnès no hubiera puesto el contestador en marcha. Acabaría por hacerlo, a menos que estuviera estropeado, o bien... Sonrió sin alegría: a menos que Agnès le asegure cuando hablen, si es que hablan aún un día, que nunca han tenido contestador
  • Ceciliuxцитуєторік
    No estaba loco. Agnès, Jérôme y los demás, tampoco. Sólo que el orden del mundo había sufrido un desajuste a la vez abominable y discreto, inadvertido para todos salvo para él, lo cual lo colocaba en la situación del único testigo de un crimen, a quien por consiguiente es preciso matar
  • Ceciliuxцитуєторік
    Sabía, sin embargo, que estaba en sus cabales, aunque la mayoría de los locos mantienen esa misma convicción, por nada del mundo darían su brazo a torcer, y él no ignoraba que a los ojos de la sociedad una desgracia como la suya no podía significar sino la demencia
  • Ceciliuxцитуєторік
    Tomaría el rostro de Agnès entre sus manos, lo acariciaría, ¿y después? Y después sería parecido, más doloroso aún tras la esperanza de una mejoría
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