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El libro de todos los libros, Roberto Calasso
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Книжки
Roberto Calasso

El libro de todos los libros

Una propuesta de enorme envergadura intelectual presentada como la más seductora de las narraciones: Roberto Calasso explora la Biblia y la Torá.
Entre las varias aventuras intelectuales que emprendió a lo largo de su vida el mítico editor Roberto Calasso, tiene especial relevancia su empeño en volver a contar y analizar la cultura universal, en un vasto proyecto a medio camino entre la narración y el ensayo que inició con La ruina de Kasch. Este volumen dedicado al Antiguo Testamento y la Torá es la décima entrega de esa magna obra total.
El autor relata, aportando su mirada singular, historias bíblicas como las de los reyes de Israel —Saúl, David y Salomón— o episodios como los de la reina de Saba o la huida a Egipto. Calasso traza un recorrido que va desde la creación del mundo por Yavé hasta la figura del Mesías. Fiel a su estilo, narra y estudia mitos centrales de nuestra cultura con un impresionante despliegue de erudición.
El libro aborda temas como el pecado original, el mandato divino, la construcción del Templo de Jerusalén, el rito del sacrificio, la idea de pueblo elegido, la Tierra Prometida. Establece comparaciones entre las tradiciones orientales y el universo bíblico y conecta este con el mundo moderno: la mirada de Freud sobre Moisés o el Holocausto. Una propuesta de enorme envergadura intelectual, presentada como la más fascinante de las narraciones.
більше
538 паперових сторінок
Дата публікації оригіналу
2024
Рік виходу видання
2024
Видавництво
Editorial Anagrama
Перекладач
Pilar González Rodríguez
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Цитати

  • Zakarias Zafraцитуєпозавчора
    Aunque habían guardado el conocimiento de Dios, es decir, la creencia general en la divinidad, compartida con los gentiles ilustrados, no se trataba, sin embargo, del concepto de Dios que pertenece específicamente a Israel y encuentra expresión en el nombre de Yahvé». Esa especificidad divina exigía la circuncisión y su sangre. Sin ella, y sin que se hubiera cumplido con su primogénito, ¿cómo podía Moisés defender la causa de los hijos de Israel ante el faraón?
  • Zakarias Zafraцитуєпозавчора
    A Abraham le bastó alzar los ojos. Aquel carnero no quedaría libre, sino que ocuparía el lugar de su hijo en la leña que el propio Abraham había cortado y que, después de tres días de marcha, había entregado a Isaac para transportarla. Ya todo era evidente, sin palabras. El sacrificio era un acto necesario, del que no se podía escapar. Un acto que debía repetirse para siempre. En cambio, Yahvé le había dicho a Moisés: «Soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob», pronunciando los tres nombres escondidos en el forro del jubón de Pascal. Y a continuación había hablado de su «pueblo que está en Egipto» y había ordenado a Moisés: «¡Ve! Te envío ante el faraón, ¡saca de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel!». Esta vez se ordenaba un acto único, irrepetible, situado en un tiempo y en un lugar. Era la entrada definitiva de los hijos de Israel en la historia.
  • Zakarias Zafraцитуєпозавчора
    Dijo Moisés: «¿Quién soy yo para ir ante el faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?». ¿Y por qué los hijos de Israel iban a reconocer a su Dios, si ni siquiera sabían ya cuál era su nombre? La respuesta fue decisiva. «Elohim dijo: “Yo soy el que soy”. Hablarás así a los hijos de Israel: “Yo Soy me ha enviado a vosotros”.»

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